Violencia institucional feminista, presunción de culpabilidad, y protocolos ‘de género’: «Jean Lucien: “No soporto pensar que me acusan de hacerle daño” (Santa Cruz de Tenerife)
Canarias, Casos muertes doméstico, Casos-maltrato a hombres, Ley de Violencia de Género, Presunción de inocencia/culpabilidad, Radicales "de género", Suicidios diciembre 25th, 2012Afirmo sin temor ni duda alguna que, todo aquel que, por activa o por pasiva apoye el maltrato institucional y la violación de derechos fundamentales de las leyes ‘de género’ es responsable de ésta y de tantas otras muertes de hombres inocentes, vejados y llevados a la desesperación.
La pasividad, el hecho de no luchar para abolir esta ignominia de Estado y derogar las leyes ‘de género’, os convierte en cómplices de cada muerte. Vergüenza.
F.O., secretario de la PCI.
DiariodeAvisos.com, «Jean Lucien: “No soporto pensar que me acusan de hacerle daño”», Tinerfe Fumero, Santa Cruz de Tenerife, 24/12/2012.
«“La vida sin Godelieve no tiene más sentido para mí. Más de cincuenta años estuvimos juntos. Solo el pensar que se me acusa de hacerle daño me resulta insoportable”. Así arranca la emotiva carta de despedida que dejó el septuagenario belga Jean Lucien antes de quitarse la vida en la noche del martes 20 del pasado mes de noviembre tras vivir una terrible experiencia.
Como se puede comprobar en el párrafo anterior, Jean Lucien vincula su trágica decisión de quitarse la vida con lo sucedido diez días antes, cuando pasó varias jornadas en un calabozo de Playa de Las Américas por violencia ‘de género’ al hallarse muerta a su mujer en el apartamento de su propiedad localizado en Torviscas Bajo y donde solían pasar la temporada invernal desde hacía unos 15 años. (sigue…)
Como ayer documentó este periódico, Jean Lucien fue detenido porque, tal y como recoge la Diligencia de Informe presentada el día de autos en Comisaría, “aunque en un principio la causa de la muerte puede ser presumiblemente suicida y no homicida, no se puede descartar, según lo investigado hasta el momento, la existencia de un presunto delito de malos tratos en el ámbito familiar, teniendo en cuenta las lesiones que presentaba la finada”.
Si bien las actuaciones practicadas se encuadran en la legislación vigente en España sobre estos asuntos, tales lesiones se resumían en un corte en la zona de la mandíbula derecha peridial y algunas erosiones de menor importancia. También pesó el hecho de que Jean Lucien -que solo hablaba flamenco y era traducido por un vecino con el cadáver de su esposa aún caliente- se contradijo en su relato cronológico de lo sucedido, según se recoge en el atestado 16754/12.
El resultado fue que Jean Lucien estuvo de viernes a lunes en el calabozo y llegó hasta a decretarse el secreto de sumario, pero la autopsia despejó cualquier duda sobre la muerte de Godelieve, una mujer de 72 años bajo tratamiento psiquiátrico que se quitó la vida, tal y como certifican los expertos, con una ingesta masiva de barbitúricos.
Jean Lucien esperó que su hija Sonya volviese a su trabajo en Bélgica al lunes siguiente para escribir esta carta de despedida, traducida del flamenco por el profesional titulado Colin Brown y de la que se obvian los aspectos privados no trascendentales para esta información.
Se desprende de la misma el profundo amor que Jean Lucien sentía por su mujer cuando proclama que “nuestra vida juntos era maravillosa, muchos días de felicidad y alegría con familia y amigos”, así como cuando insiste más tarde en que “tengo un dolor insoportable en mi corazón, deseo hablar una vez más con mi Godelieve, pero no es posible volverla a salvar”, en alusión a las anteriores tentativas de su esposa.
Este tema es recurrente dado que Jean Lucien pasó años y años velando por la salud mental de su mujer al punto de que, cuando tenía que dejarla sola, alertaba a un vecino amigo para que estuviera pendiente, aunque fuera por poco tiempo.
Así, recalca de nuevo que “durante el tiempo más difícil para ella yo hice todo y más para ayudar a aliviar su sufrimiento. Sus hermanas, nuestros vecinos y Sonya pueden atestiguarlo. A pesar de todo mi esfuerzo, veo que no hice lo suficiente”, termina por lamentarse.
POR EL CLIMA
Precisamente, fue el clima lo que trajo a la pareja a Tenerife, aconsejados por amigos y atraídos por un clima tan propicio para las flores, a las que tanto amaba Godelieve.
El párrafo final de la carta arranca reconociendo sus planes al escribir Jean Lucien que “yo quiero unirme a ella, lo confieso con las palabras más sencillas”.
Tras pedir a familia y amigos que “siempre recuerden los momentos de feliz y alegría que pasamos juntos”, añade una vez más: “No hice ningún daño a mi esposa”. Firmado: Jean.»
Enlaces: http://www.diariodeavisos.com/jean-lucien-no-soporto-pensar-acusan-hacerle-dano/