«Ser mujer es la propia dignidad de la persona, de la que no hay ni que alardear ni que sacar partido»

Antonio BURGOS, “¿Y el día del hombre?”, ABC, 8/03/2014.

«Hoy es 8 de marzo… La fiesta de hoy se nos presenta como de media Humanidad contra la otra media. »

«Espero finalmente, en aras de la demagógica Igualdad, de las Cuotas y de todas las dictaduras del mujerío militante, que si todos somos iguales y tenemos los mismos derechos pronto celebremos el Día del Hombre. Por ejemplo, el Día del Hombre al que le estropearon la vida por una denuncia falsa de malos tratos; el Día del Hombre al que dejaron pegado a la pared con el divorcio; el Día del Hombre al que le impiden ver a sus hijos…»

«Las feministas deberían haberle dado un homenaje en condiciones y por todo lo alto a monseñor Amigo Vallejo, que fue quien de un dedazo (modelo Rajoy) metió a las mujeres en los tramos de nazarenos de las cofradías, cargándose la tradición en aras de un igualitarismo… Pero, claro, tratándose de cosa religiosa, ¿cómo las laicas feministas progres iban a celebrar este triunfo de la mujer en el machista mundo de las cofradías?»

«Lo más femenino, empero, de este día me parece que son las mujeres que no tienen ningún interés en celebrar esta fecha, y menos reivindicativamente. Pienso ahora en mi madre… Estas señoras para las que ser mujer es la propia dignidad de la persona, de la que no hay ni que alardear ni que sacar partido. ¿Celebramos acaso el Día del Aire que Respiramos? Para ellas ser mujer es como respirar. Y con sus actos, con su esfuerzo, con su intuición, con su tenacidad, con su inteligencia, con su delicadeza, con su trabajo callado, hacen que cada jornada del año sea Día de la Mujer.»

«Me encantan las mujeres que no van por ahí ejerciendo de mujeres, avasallando al género contrario. Esas son las que de verdad han conseguido la igualdad y el respeto, sin tanto cuento de las feministas profesionales, que igual que hay machistas son mujeristas.»

«¿Y el daño que le han hecho a la lengua con la monserga del “ciudadanos y ciudadanas”, “sevillanos y sevillanas”?»

«Espero finalmente, en aras de la demagógica Igualdad, de las Cuotas y de todas las dictaduras del mujerío militante, que si todos somos iguales y tenemos los mismos derechos pronto celebremos el Día del Hombre. Por ejemplo, el Día del Hombre al que le estropearon la vida por una denuncia falsa de malos tratos; el Día del Hombre al que dejaron pegado a la pared con el divorcio; el Día del Hombre al que le impiden ver a sus hijos…»

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«Tengan muchísimo cuidado, porque tienen ustedes entre las manos no un artículo de periódico, sino una bomba. O un petardo, si lo miramos desde el punto de vista de las feministas profesionales que viven de su género (porque decir que viven de su sexo suena fatal). Tienen ustedes entre las manos un artículo no políticamente incorrecto, sino incorrectísimo. De juicio sumarísimo y fusilamiento al amanecer como me coja el Tribunal de la Inquisición del Pensamiento Único Progre. Hoy es 8 de marzo. Uno de enero, dos de febrero y ocho de marzo, San Fermín: el día del encierro de los machistas, que los corren a babuchazos por la calle de la Estafeta de la ideología dominante, de la Dictadura de la Igualdad de Género. Hoy era antes el Día de la Mujer Trabajadora, una fecha digna de todo respeto, porque recordaba en justicia la fecha de 1911 en que murieron 146 operarias en el trágico incendio de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York. Pero poco después a esta celebración, al menos aquí en España, le quitaron lo de “Trabajadora” y se quedó sólo en el Día de la Mujer.

— ¿O sea, que si ya no es de la Mujer Trabajadora hoy también puede celebrar su día la señora que no la dobla, la que hizo un bodón, no da golpe en la casa y se pasa todo el día entre la peluquería y la partida de canasta con las amigas, y en sus ratos libres pegándole unas broncas espantosas a la tata sudamericana, que yo no sé cómo la pobre no le pide la cuenta y se va?

No creo que las feministas dejen que estas mujeres celebren hoy su día. Es más, fíjese usted lo que me atrevo a pensar: dudo mucho que las feministas profesionales le otorguen la condición de mujer a esas señoras que usted dice. La fiesta de hoy se nos presenta como de media Humanidad contra la otra media. Las mujeres que son ofensivamente mujeres reivindicando todo lo que haya que reivindicar y conquistando los últimos reductos del Territorio Macho que hasta hace poco era el mundo, y más especialmente Sevilla. Ciudad donde las feministas deberían haberle dado un homenaje en condiciones y por todo lo alto a monseñor Amigo Vallejo, que fue quien de un dedazo (modelo Rajoy) metió a las mujeres en los tramos de nazarenos de las cofradías, cargándose la tradición en aras de un igualitarismo sacado de quicio y fuera de cacho. Pero, claro, tratándose de cosa religiosa, ¿cómo las laicas feministas progres iban a celebrar este triunfo de la mujer en el machista mundo de las cofradías? Que las mujeres se puedan vestir de nazareno en Sevilla es una conquista mucho más importante que el voto femenino; lo que pasa es que a las hermanas capiroteras les faltó su Clara Campoamor.

Lo más femenino, empero, de este día me parece que son las mujeres que no tienen ningún interés en celebrar esta fecha, y menos reivindicativamente. Pienso ahora en mi madre, la zapatera. O en Isabel, la jefa de mi Casa Civil. Estas señoras para las que ser mujer es la propia dignidad de la persona, de la que no hay ni que alardear ni que sacar partido. ¿Celebramos acaso el Día del Aire que Respiramos? Para ellas ser mujer es como respirar. Y con sus actos, con su esfuerzo, con su intuición, con su tenacidad, con su inteligencia, con su delicadeza, con su trabajo callado, hacen que cada jornada del año sea Día de la Mujer. Me encantan las mujeres que no van por ahí ejerciendo de mujeres, avasallando al género contrario. Esas son las que de verdad han conseguido la igualdad y el respeto, sin tanto cuento de las feministas profesionales, que igual que hay machistas son mujeristas. ¿Y el daño que le han hecho a la lengua con la monserga del “ciudadanos y ciudadanas”, “sevillanos y sevillanas”?

Espero finalmente, en aras de la demagógica Igualdad, de las Cuotas y de todas las dictaduras del mujerío militante, que si todos somos iguales y tenemos los mismos derechos pronto celebremos el Día del Hombre. Por ejemplo, el Día del Hombre al que le estropearon la vida por una denuncia falsa de malos tratos; el Día del Hombre al que dejaron pegado a la pared con el divorcio; el Día del Hombre al que le impiden ver a sus hijos… Y si quieren sigo poniendo reividicaciones para el Día del Hombre.»

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